miércoles, 28 de abril de 2010

EL VIAJE A LO INHÓSPITO DE UN JUDÍO NEOYORQUINO

Allá por los noventa, la 2 comenzó a emitir una serie que venía avalada, como tantas otras, por el éxito de público y crítica en los EE.UU. Con el paso de los años, “Doctor en Alaska” se convirtió, con su pegadiza sintonía, en una serie de culto a pesar de su intempestivo horario de emisión. Su recuperación para la audiencia española por parte del canal de cable “Paramount Comedy” ayudó a recordárnosla.
La Serie que ha “inspirado” a “Doctor Mateo” cuenta la historia de Joel Fleischman, un médico judío recién titulado que cursó la carrera gracias a una beca del estado de Alaska, concedida a cambio de ejercer la medicina en el gélido noroeste del continente americano. Joel se presenta en Anchorage, esperando incorporarse a la plantilla de su hospital, pero el destino le tiene preparada una sorpresa: su lugar de trabajo se sitúa en Cicely, una población de poco más de 800 habitantes con un pequeño núcleo urbano y muchas cabañas desperdigadas. Tras asumir la idea de que pasará allí unos años, el médico comienza a ganarse la confianza y la amistad de los lugareños, mayoritariamente gente con espíritu aventurero que ha terminado en Cicely buscando un lugar tranquilo pero agreste. De la noche a la mañana, el doctor tiene que cambiar el bullicio de su adorada Nueva York por el sosiego de los bosques, el metro y Broadway por fenómenos naturales como la aurora boreal o el deshielo.
Los guionistas de la serie recrean un pequeño universo surrealista y original en el que todo es posible y las excentricidades de los habitantes, asumidas por el resto con total naturalidad, ponen a prueba la paciencia de Fleischman. Como toda buena comedia de situación, gran parte del éxito de “Doctor en Alaska” radica en su trabajada y ocurrente biblia de personajes.

Maggie O´Connell. La independiente y atractiva casera de Fleischman huyó hace años de su acomodada y adinerada vida en Michigan para trabajar pilotando una avioneta-taxi, medio de transporte imprescindible en Alaska. Llegó a Cicely con su novio, un montañero escritor que muere congelado cuando se queda dormido en un glaciar. Posteriormente otras cuatro de sus parejas mueren de forma accidental, creando la leyenda de que todo hombre que comparte su vida con ella termina su existencia de forma repentina y rocambolesca. La tensión sexual entre Maggie y Joel es una de las constantes de la serie.
Maurice Minnifield. Natural de Oklahoma, patriota al máximo, admirador incondicional de John Wayne, retrógrado y homófobo, este ex astronauta se convirtió en el cacique del pueblo al adquirir 15 mil hectáreas de terreno. Está acostumbrado a salirse siempre con la suya, tiene claro que el alcalde es una figura retórica en el pueblo y está convencido de que él y sólo él es el motor del desarrollo del lugar. No en vano, es el propietario de la emisora de radio local y del periódico. Hace un tiempo, se encaprichó de Shelly, una ingenua jovencita que llega a Cicely de su brazo tras ser elegida Miss Paso del Noroeste.
Chris Stevens. Tras su estancia en prisión, donde se ordenó sacerdote respondiendo a un anuncio de la revista “Rolling Stones”, Stevens plantó su caravana en Alaska, donde se gana la vida como locutor de la emisora propiedad de Maurice. Su programa “Chris de la mañana” alterna música con sus divagaciones filosóficas con las que se erige como narrador. Su cultura sólo es comparable con su facilidad para seducir damas.
Holling Vincoeur. Descendiente de un linaje de malvados y longevos aristócratas franceses, el propietario del bar que ejerce de centro social del pueblo es un canadiense originario de Québec que, tras vagar por los bosques trabajando de trampero, se establece en Cicely. Allí entabla amistad con Maurice, hasta que Shelly se decanta por él y deja al astronauta.
Shelly Tambo. Abandonó su casa con 14 años y cuando comienza la serie cuenta con 18, casi 50 menos que Holling. En su comportamiento, alterna explosiones de carácter y madurez, como hacer lo posible para que Maurice y Holling recuperen su amistad, con chiquilladas propias de su edad.
Marilyn Whirlwind. Cuando Fleichman toma posesión de su cargo, Marilyn ya está esperando para empezar a trabajar como enfermera. A pesar de la insistencia del doctor en que no hay trabajo, Marilyn sólo calla y asiente. Su templanza y tranquilidad contrasta con la personalidad irritante del protagonista, dejando varios momentos memorables.
Ed Chigliak. He dejado para el final al que, para mí, es el personaje más entrañable. Cuando fue abandonado por sus padres, la tribu que habita el lugar se encarga de su manutención. De hecho, por sus venas corre sangre india. Ed es un inteligente y sensible cinéfilo para el que la vida es todo ilusión. Sus apariciones repentinas y silenciosas en la casa y la consulta del doctor son una constante.

Junto a estos personajes, encontramos a otros con menos peso argumental pero igualmente interesantes. Tal es el caso de Ruth, la propietaria de la tienda/librería/biblioteca, o Adam, un chef mentiroso compulsivo que vive como un ermitaño junto a su mujer, hipocondriaca hasta el extremo.
En definitiva, que si no la has visto, sólo te puedo decir lo que Ramón el vanidoso, de "Callejeros": ¡Joder, lo que te pierdes!

1 comentario:

  1. creo que si miramos atrás... muchos serie-adictos te dirían que fue su primera gran serie...

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